El cuerpo de Diana Quer pasó en la nave 496 días antes de ser encontrado. "Se encuentra en un pozo de agua estancada, agua dulce, sellado y con una profundidad de unos 10 metros", explica el forense.

Cuando lo encontraron, "el cuerpo está en posición vertical invertida, es decir, con los pies hacia arriba y el cuerpo estaba atado por la altura del torso mediante un cable blanco atado a unos bloques de adobe".

En cuanto a las lesiones, se puede extraer que la víctima estaba maniatada en el momento de su muerte porque se apreciaba que en ambas muñecas presentaba heridas compatibles con erosión producida por una brida. Además, también hay una marca alrededor de todo el cuello a modo de lazada.

Según refleja la autopsia, el estado en el que se encuentra el cuerpo es de "saponificación parcial". "Para que se pueda entender digamos a nivel coloquial, es que la grasa del cuerpo se va convirtiendo en cera", explica el forense. Esto provoca que no se determine si hubo agresión sexual y si hubo asesinato, por lo que podría abrir la puerta a que se considere un homicidio.