En el mundo se está librando una batalla. Francia, Australia, Alemania, Estados Unidos, Canadá o Israel buscan a toda velocidad una cura contra el coronavirus. A la cabeza de esta carrera esta China, que acaba de anunciar que va a empezar a probar su vacuna en humanos.

Los científicos españoles también se suman a la búsqueda. Por ello, Equipo de Investigación ha entrevistado a Isabel Sola, investigadora del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC. Sola codirige actualmente el grupo de investigadores españoles que buscan la vacuna contra el coronavirus.

Según esta científica, generar una vacuna para el coronavirus tardaría, sólo en la primera etapa de laboratorio, unos "dos o tres meses", y ha añadido: "La parte de evaluación en modelos animales puede ser, también, cuestión de dos o tres meses".

Sola también ha destacado que "es necesario hacer ensayos en los humanos, de nuevo para confirmar que el producto que se está elaborando es seguro y es eficaz, y esto puede llevar también meses". En conjunto, según ha valorado la investigadora, se tardaría "más de un año".

Pero ¿de qué sirve crear una vacuna para un virus que dentro de un año quizá ya haya desaparecido? "Los coronavirus son virus emergentes. Es decir, es posible que vuelva a emerger un coronavirus parecido a este", ha respondido Sola, que también ha entrado a valorar las informaciones que apuntan a que varios países ya tienen vacunas contra el coronavirus listas para ser probadas.

"Estas vacunas tienen ventajas e inconvenientes. Tienen la ventaja de la rapidez, pero la desventaja de que su eficacia normalmente es limitada. Como solamente tienen una de las proteínas del virus, la respuesta inmune no es perfecta. Tienen también el inconveniente de que pueden causar algunos efectos adversos cuando esa persona a la que se ha vacunado se infecta con el virus de verdad".