Julia Fernández, médica forense, indica que "la zanja en la que entierran a Josetxu es de aproximadamente dos metros de largo por un poco más de medio metro de ancho, pero llama la atención que no llega al medio metro de profundidad".

"Un cuerpo humano, y más de un adulto, supera por lo menos esa profundidad, no ya a lo largo que puede ser dependiendo de la altura, pero sí del perímetro que va a ocupar esa persona", afirma Fernández, señalando que lo que esto significa es que "son personas inexpertas que no están acostumbrados a cavar zanja, especialmente para deshacerse del hecho criminal como es el de matar a una persona".

Las lesiones que presenta el cuerpo de Josetxu cuando lo encuentran son "fundamentalmente en la cabeza, sobre todo a nivel parietal y también a nivel frontal derecho y frontal izquierdo que se hacen con un objeto contuso", según indica la médica forense.

Además, el cuerpo presentaba signos de haber estado retenido: "Es precisamente muy evidenciable que tanto en la muñeca derecha como en la muñeca izquierda hay lesiones por algún tipo de sujeción, como puede ser una brida; es un mecanismo muy claro de haber tenido retenida a esta persona, probablemente entre uno y dos días", explica Fernández.

En cuanto a la causa de la muerte, la médica forense señala que "hay una gran pérdida de sangre que es lo que, definitivamente, hace sufrir y fracasar el corazón". "No obstante, la lesión de la cabeza (la lesión cefálica) también es muy importante por el órgano al que afecta", añade.

"Por otro lado, lo que sí se encuentra durante la autopsia son restos de tierra del lugar del enterramiento, en las vías respiratorias superiores", asegura Julia Fernández, explicando que "lo que se evidencia es que respiró en algún momento". "Es decir, pudo estar momentáneamente vivo, aunque estaba muy lesionado y estaba muy grave, pero pudo dar una bocanada ya estando enterrado. Es una evidencia bastante clara en el resultado de la autopsia", afirma.