Nico Vaucenant, un hombre que vive en una vivienda que está sobre ocho 'cocinas fantasma', relata el infierno que es pasar los días con "ruido y temblores" constantes. "Hay unos tubos que extraen el aire. Suben hasta unos 15 metros, por lo que hace falta mucha potencia de ventilación para subir todos esos humos, y por eso suena tanto", se queja.

Además, Vaucenant denuncia que sufren "ruidos de puertas que afectan a la estructura del edificio; todo tiembla, la cama tiembla, los muebles tiemblan y además están los ruidos de las motos que vienen toda la noche". "Por la noche tengo que dormir con tapones, alguna vez ansiolíticos", lamenta.

Sin embargo, pese a que denunció ante el Ayuntamiento, no ha cambiado nada: "La primera vez que lo denunciamos vinieron los técnicos del Ayuntamiento a medir los decibelios, se dieron cuenta de que sobrepasaba mucho los decibelios y nos dijeron que iban a multar y avisar al dueño, pero desde entonces no sabemos nada". El hombre baraja la posibilidad de poner en venta su casa en la que vive desde hace siete años. Sin embargo, se pregunta que quién va a querer vivir allí.