Asistimos al peritaje de un ataque de lobo. Un ganadero encuentra una de sus crías muertas y avisa a los agentes del medio rural. Asturias registra más de 3.000 ataques de lobo al año, pero aquí su caza ha estado prohibida desde hace más de cuatro décadas. Esta vez, la víctima del lobo ha sido un asturcón, una raza de caballo autóctona del principado.

"Es un animal que llegó a caminar, no murió en el parto, por ejemplo. Por la pezuña, ya se ve que pisó al nacer, que pisó suelo. Hay huesos desestructurados, rotos, que esto solo lo hace una mandíbula fuerte esto no lo hace un raposo o un zorro, y sobre todo, estos hematomas dentro de la piel se ve que lo mordieron en vida. Esto nos indica bastante", señala un perito, quien como si se tratase de una autopsia, analiza el cuerpo de la víctima. Estudian cada detalle de la escena del crimen y llegan a encontrar hasta "un trozo de costilla". Todos estos datos confirman que hubo un ataque de lobo al ganado.