Los efectos de un ayuno prologado son múltiples. Agus Bessa ha grabado su evolución al proponerse ingerir durante una semana agua con sal únicamente. A las 48 horas, su estado ya es preocupante: le duelen las muñecas, las lumbares y afirma que "todas las zonas del cuerpo que están un poco tocada empiezan a sufrir un poco más".

Según afirma la endocrina Pilar Riobó, su cuerpo, de alguna forma, "está comiéndose su propio músculo para sintetizar la glucosa... porque necesita nutrientes".

Las consecuencias de un ayuno hídrico de estas características pueden ser muy graves: "Este ayuno hídrico no se puede ni se debe prolongar mucho más tiempo. Una dieta de ayuno prolongada, inadecuada, sin aporte de nutrientes pueden acabar en arritmias cardiacas, en problemas cerebrales y en fallecimientos".

En tan solo siete días, Agus ha logrado perder 7 kilos, pero las consecuencias que esa pérdida podrían tener para su salud son mucho mayores.