La Policía llega a una multitudinaria fiesta ilegal en una lujosa villa de Lloret del Mar para desalojarla. Sin embargo, los asistentes se niegan a abrir la puerta de la vivienda a los agentes.

Juan Gonzalo Ospina, abogado penalista, indica que "la Policía no puede entrar en el domicilio, salvo que ocurran tres circunstancias: que uno de los moradores de los invitados les abran voluntariamente la vivienda, que se requiera un auto judicial para poder entrar o si estamos ante un delito flagrante que requiere urgencia y necesidad".

"Lo que suelen hacer en estos casos es tener mucha paciencia. Pueden esperar en la puerta del domicilio a que salgan y, cuando lo hagan tienen todas las capacidades legales para poder identificarles y proceder a sancionarles", señala el abogado, añadiendo que "en este caso podríamos estar ante un acto de desobediencia grave que la ley tipifica con sanciones que van desde los 600 hasta los 30.000 euros".

Finalmente, la Policía entrará en la vivienda autorizada por los gestores de la casa, por lo que piden refuerzos. En ese momento, algunos asistentes intentan huir de la fiesta. Los organizadores se enfrentan a una sanción que puede alcanzar los 60.000 euros.