Equipo de Investigación localiza a Carlos Aranda preparando la apertura de su último negocio: un bar. Al acercarnos a él, en un primer momento dice que no va a hablar. Sin embargo, finalmente habla sobre su familia: "Te aseguro que en el paseo que te habrás dado estos dos días habrás encontrado que a mi familia todo el mundo la quiere, que todo el mundo la respeta porque se porta bien con todo el mundo".

Sin embargo, al preguntarle sobre las conversaciones intervenidas por la Policía, en las que sale Aranda hablando con su familia de droga, el exfutbolista responde: "Deja de decir tonterías, de verdad". "Yo estoy esperando a que llegue mi juicio y ahí diré mi versión, no hay nada más. Ya se demostrarán las cosas. Ahora mismo no es momento de hablar", manifiesta.

Además del bar, el futbolista invierte en dos salones de juegos. Uno lo abre en uno de los barrios más deprimidos de Málaga, con una tasa de desempleo del 78%.