Un inquietante hallazgo rompe la tranquilidad de las Rías Baixas. En una cuneta de una carretera a la orilla del Atlántico aparece abandonado el cuerpo de una mujer. Las huellas dactilares permiten identificar el cadáver: es Déborah Fernández, una joven de 21 años desaparecida 10 días antes.

El escenario donde aparece el cuerpo es el primer misterio: "Está tapado de una manera decorosa porque la mayor parte de las ramas le tapaba el pubis y los pechos. Nos habla de cierto mimo, no estaba maltratado, no tenía golpes. Podríamos pensar en que la persona la conocía o le tenía aprecio", explica Francisco Pérez, criminólogo.

A 400 metros de donde se encuentra el cadáver está el pueblo más cercano: Portecelo. Solo tiene 20 habitantes y Adelaida fue la que encontró el cuerpo de Deborah: "Es una mujer y yo me quede que ya no supe dónde estaba. Yo pensaba que era una muñeca pero…".

La investigación del caso de dirige desde Madrid. La coordina Ángel Galán, comisario ya jubilado. Él explica cómo vivió uno de los casos más enigmáticos de su carrera profesional: "Donde pusieron el cadáver de Déborah era imposible, no tenía sentido. Estaba colocada puesta con mimo, eso no lo hace nadie".

Dos antiguos compañeros de Déborah Fernández relatan cómo estaba el día de su desaparición: "Algo le atormentaba"

Poco antes de las nueve de la mañana del día de su desaparición, Déborah Fernández acudió a una escuela donde estudiaba diseño gráfico, pero sus compañeros ya habían notado algo extraño: días antes salía "llorando" de clase.

Las claves de la autopsia de Déborah Fernández

El cadáver, que había sido colocado de forma decorosa, mostraba unas marcas pálidas que demostraban que "después del fallecimiento, la víctima estuvo con ropa puesta que le comprimía". Era el caso de las axilas, las piernas o las rodillas.

Tampoco la comida que había ingerido Déborah cuadraba con lo encontrado en su estómago: "Su estómago tenía ácido sálico y orientaron a que la víctima podía haber ingerido algún tipo de verdura, como acelgas o espinacas". Además en la escena del crimen apareció un preservativo usado y "se encontró ADN de un hombre y ADN de una mujer que no correspondía con el ADN de Déborah". Tenía semen en el interior de la vagina.

Salen a la luz los últimos vídeos caseros que se grabó Déborah Fernández con sus amigas

El último cumpleaños de Déborah fue recogido en vídeo. La joven, muy extrovertida, era, tal y como la describe su amiga María Piñeiro, simpatiquísima, el alma de la fiesta, siempre estaba de cachondeo, de risas".

Habla Rosa Neira, la madre de Déborah Fernández: "Antes de desaparecer llevaba unos días tristona"

La madre de Déborah nos abre su casa, aún repleta de fotografías de la joven. Cuando Déborah desaparece , allí vivía el matrimonio, la abuela, tres hijos y una persona interna.

Rosa Neira no ha dudado a la hora de describir a su hija los últimos días antes de su desaparición: "Llevaba unos días tristona, a ratos. A lo mejor dos semanas o quizás más". La joven había tenido pareja, pero según su madre, en ese momento cree que "estaban disgustados": "Había tenido su novio, que venía a comer a casa, era un chico un poquito mayor que ella, siempre un chico correcto".

La hermana de Débora Fernández defiende que el día de su desaparición se iba a reencontrar con su expareja tras una "crisis"

El "disgusto" con su pareja era cierto. Así lo afirma la hermana de la víctima, que asegura que el día de su desaparición, Déborah fue a la peluquería "estrictamente para depilarse porque su pareja "había venido a Vigo" y quería "prepararse porque pretende encontrarse con él".

El motivo de dicha "crisis" venía porque Déborah había recibido "las llamadas de una chica preguntándole quien era ella, que por qué tiene relación esta persona y cuando Déborah le dijo que era su pareja y la otra chica le hizo saber que también era su pareja".

La abogada de la familia de Déborah Fernández alerta de que la declaración de su expareja "está llena de contradicciones"

Cuatro declaraciones de la expareja de Déborah dejaron 119 folios de investigación policial y ocho años dedicados exclusivamente a él, pero ninguna detención.

Para la abogada de la familia de Déborah, el principal sospechoso realizó declaraciones con contradicciones: "Al principio niega haber tenido ningún contacto con ella ese día. Sin embargo llega a afirmar que efectivamente que la llamó por teléfono".

Reconstruimos el recorrido que hicieron Déborah Fernández y su exnovio: habrían coincidido en el lugar que desapareció

Déborah comienza a caminar desde una antigua discoteca en un extremo de la playa de Samil a las 20:35 de la tarde. Sube las escaleras y accede al paseo marítimo. El exnovio sale en coche del gimnasio 12 minutos después. La joven de 21 años sigue su camino a casa en dirección a la curva del matadero, el lugar donde se pierde su pista.

El exnovio pasa por esta curva a las 21:01:19 y ella sobre las 21:04, con lo cual es probable que se reencontraran.

El dolor del hermano de Déborah al recordar el crimen: "Me ha destruido como ser porque esto no te deja vivir"

José Fernández-Cervera aún no ha podido asumir el asesinato de su hermana. Entre sus recuerdos de la desaparición, asegura que nunca pensó que su hermana estaba muerta, igual que tampoco lo hizo su familia.

Pero en dicho proceso, alguien habló de ella en pasado sin saber aún nada de su asesinato: "Una persona habló en pretérito de mi hermana. Yo llegué a mi casa y vi una escena que me pareció como mínimo extraña".

Equipo de Investigación localiza a la persona que pudo ver a Déborah Fernández con vida por última vez

Una publicación de 'La Voz de Galicia' en 2002 informaba de que la Policía trataba de "localizar al taxista que, según los propietarios de una cafetería, afirmó haber visto a Déborah subirse a un coche en la curva del matadero de Alcabre el día de su desaparición, poco antes de las nueve de la noche".

Equipo de Investigación ha conseguido localizar al taxista, sin embargo, ahora su reacción es bastante extraña.

La respuesta del exnovio de Déborah Fernández a Equipo de Investigación sobre las contradicciones en el sumario

El principal sospechoso del asesinato de Déborah no fue nunca detenido, ni siquiera se llegó a inspeccionar el vehículo del exnovio de la víctima a pesar de que en su día aseguró a la familia de Déborah que "con el despiste se había dejado una caja de langostinos en el coche en un parking público y que, al parecer, el vigilante le llamó la atención el fuerte olor que desprendía su coche".

Ahora, 17 años después, el exnovio de Déborah ha contestado a Equipo de Investigación.