A 6 kilómetros del supermercado, Sánchez Gordillo repite la misma acción en un restaurante, ocasionándole pérdidas "de al menos 2.500 euros”, según el dueño. Es la táctica de Sánchez Gordillo desde hace 30 años.  

En otra ocasión alienta a sus seguidores a tomar el Banco de España. Intentan ocupar el gran símbolo del poder financiero del país. Los manifestantes son desalojados, pero el alcalde de Marinaleda no deja de dar órdenes por el megáfono. 

El fenómeno Gordillo es objeto de estudio de los expertos en comunicación política. Toni Aira cree que “es una clara estrategia política. ¿Cuántos políticos más, aparte de Sánchez Gordillo, tienen como seña de identidad el asalto de supermercados o bancos?”

Siempre la misma proclama: actuar en bloque y resistir. Cuando los seguidores de Sánchez Gordillo se resisten abandonar los andenes, la policía comienza a desalojar las vías.

“Su táctica es una guerra de guerrillas. Como los bandoleros, son personajes que conocen muy bien el terreno, mucho mejor que aquellos que consideran los ocupantes”, afirma Aira.

Sánchez Gordillo sabe bien cómo llamar la atención, ocupando una finca de Mario Conde, una propiedad que la Audiencia Nacional ha embargado por el Caso Banesto.

El propio Gordillo salta la valla de una propiedad, esta vez de la familia Alba. Consigue que Cayetano Martínez de Irujo vaya a Marinaleda para negociar con él. Una vez más acapara la atención de todos los medios. 

En palabras de Toni Aira, “Sánchez Gordillo buscar el antagonismo con Mario Conde o Ruiz Mateos, que representan el dinero, la banca y el poder. Él se presenta como el Robin Hood defensor del pueblo”.