En Béjar, las chimeneas ya no echan humo. El ruido de las máquinas no se escucha en este pueblo salmantino. Y las fábricas textiles, que llegaron a dar trabajo a 5.000 vecinos, son ahora un recuerdo. En la actualidad, es el municipio con más paro de Castilla y León. Pero cada noche, desde hace meses, una luz permanece encendida. La de una fábrica dedicada a la fabricación de mascarillas.

Equipo de Investigación habla con Alberto Sánchez, director comercial y gerente de esta fábrica que antes de la pandemia se dedicaba a otra cosa muy distinta: "El 16 de marzo seguíamos fabricando colchones, cojines. A principios de abril, decidimos empezar a dejar de lado el colchón y la almohada para dedicarnos exclusivamente a la mascarilla".

Esta empresa empezó fabricando 1.000 mascarillas. Ahora asegura que hacen "un millón al día". Sánchez ha explicado el programa en qué consiste el procesos de elaboración de las mascarillas: en una parte de la fábrica se unen "los tres tipos de tela: la azul, el filtro y la tela blanca. Pasa por unos rodillos donde, por ultrasonidos, se sella la mascarilla. Se pone el alambre de la nariz y se pasa a un carro expendedor".

En la empresa de Sánchez se fabrican mascarillas de dos tipos: quirúrgicas e higiénicas. Y han conseguido firmar un contrato de 1,3 millones de euros con la Junta de Castilla y León. Pero ¿cuánto factura una empresa como esta a día de hoy? Sánchez responde: "No podemos evaluar cuánto podemos facturar hasta que no llegue final de año. Es cuando veremos cómo ha ido al final la empresa".