Comienza la jornada laboral en Tetuán, un céntrico barrio de Madrid. A los pocos minutos, un local abre sus puertas y la calle de un solo carril comienza a llenarse de camiones y furgonetas de reparto. Hasta una docena de proveedores descargan sus mercancías en apenas dos horas.

Al mediodía, el ruido de las motos invade la calle. Son repartidores de las cuatro plataformas más importantes de comida a domicilio que van a por los pedidos a restaurantes virtuales, donde no hay mesas, ni camareros.

A las 21:00 se produce la hora del mayor número de pedidos, momento en el que más repartidores se concentran a las puertas de las 'cocinas fantasma'. Contamos hasta 25 motos, además de bicis en las aceras, mientras los 'riders' esperan los pedidos. Así es vivir al lado de una 'cocina fantasma'.