María Ángeles Molina, más conocida como Angie, fue juzgada y condenada por asesinar a Ana Páez. Antes de matarla, suplantó su identidad durante casi dos años. En el programa que Equipo de Investigación dedicó a este caso, el periodista Carlos Quílez la describió como una mujer "muy inteligente y absurdamente psicopática". Porque diseñó un minucioso plan que comenzó con el robo del DNI a la que era considerada su amiga.

Tras sustraerle el carnet de identidad, se hizo con algunas de sus nóminas. Aprendió a falsificar la firma de Ana y compró una peluca de media melena negra. Después, empezó a recorrer los bancos de Barcelona. Se presentaba como Ana Páez, y firmaba préstamos bancarios: el primero, por 25.000 euros; luego, de 15.000 en 15.000. En año y medio consiguió préstamos por un valor de 102.000 euros. Las entidades le concedieron todos los créditos, pero ninguno comprobó bien su identidad.

Porque Ana Páez y Angie apenas se parecían. ¿Cómo es posible que ningún banco se diera cuenta de que no eran la misma persona? Sorprendió hasta a los mayores expertos en bancos, que solo encuentran una justificación: la burbuja económica. Para que el plan funcionase, Angie sabía que las cartas del banco no podían llegar a su amiga, y se inventó un domicilio. En medio de su plan, surgió un imprevisto: la muerte de su madre. Pero ni este hecho le impidió seguir adelante.