La Junta Propazo consigue recaudar 1,2 millones de pesetas, una fortuna entonces, para conseguir que el Pazo de Meirás acabe en manos de Franco. Pero no se conforman con eso, y en poco tiempo se comienza a ampliar el terreno de la edificación. Una de las víctimas de este plan fue la abuela de Juan Pérez: "En el año 38, como entraba en sus planes el terreno de nuestra casa, empezó a venir gente que representaba a la Junta Propazo".

"A mi abuela le dieron un ultimátum para abandonar la casa en 48 horas", ha contado Juan en Equipo de Investigación, donde ha añadido: "No le ofrecieron alternativa. Se hizo una escritura donde se manifiesta que le terminan dando 50.000 pesetas. Es una locura porque la casa valía 400.000. No tiene comparación". La casa de su abuela será la residencia de los guardias civiles que viven en el Pazo.

La Junta se apropia de terrenos de otros vecinos. La superficie del Pazo de Meirás pasa de seis hectáreas a casi diez, con una casa señorial de 1.200 metros cuadrados, una capilla y un pabellón de dos plantas. Y el 5 de diciembre de 1938, la Junta dona al Jefe del Estado el Pazo de Meirás.