Equipo de Investigación acudió en 2012 a la localidad murciana de Lorca para hallar a Sor María Pérez Díaz, una monja que actuó como intermediaria en la adopción de Laura, una niña que podría haber sido robada.

La joven contó en 2012 a Equipo de Investigación cómo una monja la entregó a una familia y la acompañó en todos los acontecimientos de su infancia. "Era una amistad íntima", explicó entonces Antonio García, padre adoptivo de la joven.

La religiosa negó su papel en la adopción de Laura, aunque luego reconoció su presencia en la adopción de la niña mientras la hermana superiora defendía a capa y espada a la entonces imputada en el caso de los bebés robados: "¡Sor María personalmente no ha cogido ni un céntimo, por favor. Engaño por parte de la hermana no ha habido!"