Hasta cuatro testigosaseguran que Manuela Torres y Virginia Guerrero, de 13 y 14 años, subieron en Reinosa a un Seat 127 blanco que conducía un hombre. Era el 23 de abril de 1992 y desde entonces desaparecieron para siempre. Equipo de Investigación reconstruyó el caso en un programa de 2018 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.

Todo empieza en la estación de tren de Aguilar de Campoo. Es la fiesta de Castilla y León y a las 17:50 horas ninguna cámara de seguridad graba cómo las menores suben al tren. Han mentido a sus padres, no tienen permiso para salir del pueblo.

Chari Mendia, amiga de las niñas desaparecidas, relata cómo le dijeron que iban a Reinosa "a una discoteca que decían que estaba muy bien y que estaba de moda".

"Nos dijeron que iban en tren, pero que volvían a dedo. Yo les dije que no, que no venía a dedo. Nos fumamos un cigarro en el parque y se fueron. Así hasta hoy", recuerda.

A las 18:20 horas el tren llega a Reinosa y Virginia y Manuela se dirigen a la zona de bares. A las 20:00 horas deciden volver a casa. Caminan hasta la carretera comarcal y allí varios testigos las ven por última vez.

Equipo de Investigación habla con la madre de Manuela Torres, que explica que vive "entre Francia y Málaga".

La mujer relata que, tras la aparición de una mandíbula en el pantano de Yuso, tuvieron la esperanza de que el caso se resolviera y todo acabara. Sin embargo, los análisis descartaron que la mandíbula fuera de alguna de las menores.

"Gracias señor que no son ellas", pensó. No obstante, lo ocurrido trastocó todavía más a toda su familia: "Mi marido se volvió loco y a raíz de eso no pudo trabajar, se quedó en el psiquiátrico ingresado. Es una condena perpetua".

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de 2018 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.