Tras un chivatazo a la Guardia Civil, varias semanas de vigilancia y una minuciosa investigación, 25 agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza consiguen una orden de registro para entrar en una finca de naranjos en Bétera, Valencia. En su interior, los agentes hallan más de 1.000 animales disecados de todos los continentes del planeta, casi la mitad especies protegidas. El registro dura más de diez horas.

Sin embargo, la investigación es más compleja de lo que esperaban. Y es que todos los animales pertenecían a uno de los empresarios más poderosos de nuestro país, al que se conoce como el 'rey del acero', quien falleció en 2014.

"Había tal cantidad de animales que hasta que pasó media hora no me di cuenta de que había un oso polar", señala a Equipo de Investigación el teniente Carlos Domínguez, jede del SEPRONA de Valencia, a lo que añade que lo encontrado en la finca está valorado "probablemente en más de 30 millones de euros".

Al haber fallecido su padre, su hijo mayor, Francisco Ros García, es el único imputado en la operación. La Guardia Civil le acusa de un delito contra la flora y la fauna y otro de contrabando, por el que podría incluso entrar en prisión. Equipo de Investigación se traslada a la finca del empresario valenciano, quien nos recibe y accede a responder a las preguntas de los reporteros.