Equipo de Investigación entrevista a Rocío, una vecina de Alcoi de 36 años que denuncia haber contraído sarna atípica por culpa de las palomas. La joven muestra ante las cámaras el lugar donde anidaban las aves que, asegura, le produjeron la zoonosis: "Ahí estaban todas las heces. Era exagerado, horrible e imposible de convivir con ellas", relata.

Según explica, convivió con los excrementos de las palomas que anidaban frente a su casa durante unos tres años. "Yo desde mi ventana no podía limpiar nada, simplemente podía limpiar el poyete y los cristales y cada vez que llovía esto era un riego de heces", asegura.

En un momento dado, cuenta, empezó a notar picores y "sarpullidos que se convierten en granitos". Al ver que no mejoraba, acudió al médico, pero no fue hasta 16 consultas después cuando, al ver ácaros bajo su piel, el facultativo concluyó que sus lesiones eran "compatibles con sarna porque aparecían como vesículas perladas, surcos, lesiones del rascado".

Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que al lado tenía "un edificio abandonado infectado de palomas". Al decírselo al médico, cuenta, su respuesta fue que de haberlo sabido habrían caído antes en este problema. Rocío asegura que la cercanía de las palomas también le afectó al sistema digestivo: "Todo lo que comía me sentaba mal, aparte de la cara llena de granos y demás", explica.

Así, acabó denunciando al Ayuntamiento por las condiciones de insalubridad del edificio donde anidaban las palomas, que fue derribado. Las aves, sin embargo, fueron entonces a su patio. Puedes escuchar su testimonio completo en el vídeo.