Presentadoras, famosos y hasta políticos tienen su versión de instituto estadounidense. La aplicación se ha descargado ya más de 92 millones de veces. Son 17 páginas en inglés que la mayoría firma sin leer. Aceptamos la recopilación, transferencia y almacenamiento de nuestros datos. Les proporcionamos nuestra imagen, ubicación exacta e información de los productos que compramos en la web.

Además, especifican que pueden vender y guardar nuestros datos durante tres años. Y en el último punto alertan de que no pueden garantizar la seguridad de toda la información que les hemos proporcionado, ni el uso que hagan otras empresas. "La gente no repara en que estás regalando tus datos y, además unos datos muy sensibles que son los datos biométrico, sobre todo, los de fisonomía del rostro, de reconocimiento facial", explica Borja Adsuara, advierte en Derecho Digital, a lo que añade que, además, "al ser una empresa de Corea del Sur, estamos admitiendo una transferencia internacional de nuestros datos y una vez que sale del ámbito de la Unión Europea perdemos el control".

En lo referente a para qué se quedan con nuestros datos biométricos o rasgos faciales, el experto señala que es puede ser para "gobiernos que quieran controlar a ciudadanos o empresas que quieran hacerlo o crear deepfakes". "Una vez que le has dado tu cara, la pueden incrustar en cualquier vídeo y luego, por ejemplo, extorsionarte", alerta.