Natalia Torices, la joven conocida como la 'Reina de la Burundanga', envenenó presuntamente con escopolamina al padre de una familia que le había dado 200.000 euros para tratarse un supuesto cáncer. Poco después, habría hecho lo mismo con una de sus hijas gemelas.
Según la abogada de la familia, el encuentro se produjo después de que esta le requiriese la devolución de unas cantidades de dinero y Natalia la invitara a su casa a comprobar las cuentas bancarias. Allí, le habría echado burundanga en la bebida. Entonces, la víctima "se empieza a encontrar muy mal, se marea, empieza a hablar de manera incongruente". "Natalia incluso tiene la sangre fría de grabarle un vídeo", abunda la letrada, cuyo audio real puede escucharse sobre estas líneas.
En él, le hace preguntas como dónde trabaja su hermana, ante lo que la víctima es incapaz de responder con coherencia. "Le fuerza una y otra vez a contestar preguntas, aun viendo que no se encuentra bien y que está absolutamente mareada, desubicada y que no sabe lo que dice", incide la abogada.
El presunto envenenamiento deja a la joven una semana ingresada en el hospital y, 20 días después de recibir el alta, es de nuevo envenenada, aunque sobrevive.
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