Pedro Santos, exjefe de la Policía Judicial, desvela las grietas del caso de la desaparición de Virginia Guerrero y Manuela Torres, dos menores cuya pista se perdió en la primavera de 1992.

Más de dos décadas después se atreve a hablar de ello. Recuerda que en los primeros días tras las desaparición "prácticamente no se hace nada". Hasta cuatro testigos declararon que vieron a las dos niñas subirse en Seat 127 blanco y lo que se hizo entonces fue hacer un barrido de todos los vehículos de se tipo en Palencia, Cantabria, Burgos y Valladolid, e investigaron solo a un hombre que las conocía. La policía descartó que participara en la investigación.

La investigación estaba en un punto muerto cuando los agentes reciben una nueva pista que los lleva a un parque de Valladolid en busca de un hombre con acento francés que avisó de que tenía a las niñas y pedía un rescate. Tampoco entonces apareció ningún sospechoso.

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2018 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.