A través de Internet se ofertan gatos que se envían directamente a casa. Sin embargo, hay quienes aprovechan esto para engañar a los demás, como le ocurrió a Ana, que cuenta su caso en Equipo de Investigación.

El gato que quería ella suele tener un precio de entre 500 y 700 euros, pero a ella se lo ofrecieron más barato, e incluso le dieron al posibilidad de darle el animal con el chip ya puesto.

En 24 horas hizo un ingreso de 180 euros a través del cajero y envió un código a la vendedora con el que pudo sacar el dinero.

A pesar de lo raro de esta técnica, no sospechó porque la vendedora la engatusó. Al darse cuenta de que todo era un engaño, Ana decidió denunciarlo ante la Guardia Civil.

Los agentes explican que cada afectado por la estafa llega a entregar entre 200 y 250 euros por un gato que nunca reciben.

Tras varias investigaciones, la Guardia Civil detiene a la presunta cabecilla, acusada de un delito de estafa y de usurpación de identidad. No obstante, la mujer sale en libertad 24 horas después.