Equipo de Investigación se sumerge en el mundo de los dispositivos que algunos conductores emplean para intentar eludir los controles de velocidad. El subdirector general de la DGT, Jorge Orgaz, explica al programa que los inhibidores funcionan detectando las ondas que emiten los radares y emitiendo a su vez otras ondas que les impiden medir la velocidad.

Utilizarlos, advierte, es una infracción catalogada como muy grave: la penalización son seis puntos y 6.000 euros, detalla, indicando que también está penalizado el taller que lo instala, con multas que van desde los 3.000 hasta los 20.000 euros".

En España, desde 2009, la venta e instalación de inhibidores está totalmente prohibida, pero aun así se consiguen de forma ilícita en el mercado clandestino. El programa contacta con un vendedor de inhibidores de radares de segunda mano, que los muestra ante las cámaras en el maletero de su coche y apunta como usuarios a los propietarios de coches de alta gama que alcanzan grandes velocidades.

Según detalla, vende un inhibidor por 1.500 euros y la instalación cuesta entre 500 y 600 euros. Puedes verlo en el vídeo que ilustra estas líneas.