2.500 kilómetros separan España de Polonia. En apenas tres días de viaje se puede llegar al país centroeuropeo mediante buenas carreteras y, lo más importante, sin fronteras por el tratado de libre circulación, lo que favorece que los ladrones puedan llevar hasta allí coches robados.

Lo cierto es que Polonia es el país europeo en el que más ha crecido la venta de vehículos. En el mercado de segunda mano está la clave: los ladrones ven en él un filón para vender los vehículos que roban en España. De hecho, por cada coche nuevo matriculado en Polonia hay seis usados.

La causa se encuentra en el nivel de vida del país, muy diferente al de España: el sueldo mínimo es de unos 400 euros y más de la mitad de la población tiene este salario. En 2016, Equipo de Investigación viajó hasta Polonia para comprobar la facilidad con la que se pueden comprar este tipo de vehículos a cambio de muy poco dinero.