La sal es un importante ingrediente para el ser humano. En el supermercado encontramos una gran variedad de este mineral. Dependiendo de su origen se divide en sal de roca, obtenida de las minas que hay en superficie. Otro tipo es la sal marina, procedente de la evaporación del agua de mar. Sin embargo, la más consumida es la sal yodada. El 90% de la sal que compramos está enriquecida con yodo.
Equipo de Investigación accede a un laboratorio de la Universidad de Cádiz donde investigan este tipo de sal y descubren cuál podría ser la causa de que siete de cada diez españoles sufran un déficit de yodo. "La Organización Mundial de la Salud establece que la sal puede enriquecer el yodo de ciertas dietas que vienen empobrecidas", recuerdan. En 2010 realizaron un estudio sobre la sal yodada para el que analizaron 72 marcas distintas de siete países de Europa y América.
Las conclusiones a las que llegaron fueron sorprendentes. "El límite estaba en los 60 miligramos por kilo, pero nosotros detectamos que casi el 90% de las sales que analizamos estaban por debajo, algunas por encima, pero casi todas, el 90%, por debajo del límite". Se refieren a las que son adquiridas por los consumidores en el mercado, ya que para efectuar dichas pruebas eligieron muestras de supermercados e investigaron diferentes lotes durante un año.
"Un fabricante estaba yodando bien su dosis correspondiente, pero cuando llegaba su envase al mercado las concentraciones de yodo eran mucho más bajas y, efectivamente, el yodo no se quedaba fijo en la sal". A pesar del informe, elaborado en 2010, ninguna de las 24 marcas españolas acusadas de fraude fueron retiradas del mercado.
¿Quién está detrás?
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