El zulo donde la farmacéutica pasa 492 días secuestrada estaba en el garaje de un chalet adosado en Sant Pere de Torelló, un pueblo a 40 kilómetros de su casa. La Guardia Civil registra la vivienda. Un albañil tiene que hacer un agujero para encontrar el zulo, ya que los propietarios del chalet adosado lo intentaron ocultar. Ramón Ullastre, el propietario de la casa, es para los investigadores el otro cerebro del secuestro.

"Tuvo la sangre fría de pasar dos navidades, de abrir los regalos de Reyes con sus hijos teniendo a cuatro metros bajo tierra debajo de sus pies a una mujer muriéndose en vida. Ese es Ramón Ullastre", señala la periodista Neus Sala, quien indica que el hombre "trabajaba de vez en cuando de vigilante forestal y de guardia de seguridad", y que era una persona "agresiva que generaba miedo". Su mujer, que vive junto a su hija de ocho años en el adosado los 492 días que dura el secuestro, también es detenida.