La colonia felina de Chamartín incomoda a algunos de sus vecinos. Se trata de una de las colonias más grandes de Madrid donde tres voluntarios se encargan de alimentar a 40 gatos. Una voluntaria explica que solo las personas autorizadas pueden alimentar a los animales, pues la gente dejaría todo tipo de restos.

"Te pueden dejar paella, te pueden dejar pollo y macarrones con tomate. Atraen hormigas, moscas y mal olor. Eso puede crear conflictos o molestar a los vecinos porque es un barrio", argumenta.

Sin embargo, dos vecinos de la zona aseguran que ya de por sí todo está muy sucio. "Es muy poco higiénico", señala uno de ellos. "Yo aquí nunca vengo con mis nietos. les daban de comer tirando la comida ahí con cacharros, pero luego huele mal. Paso de largo, pero nunca me quedo", añade otra mujer.