Gracias a los sistemas de vigilancia que incluyen cámaras de seguridad los responsables de las tiendas detectan a los ladrones de comida. En las grabaciones se aprecia cómo el método más habitual para robar es utilizar ropa con dobles fondos capaces de esconder cantidades ingentes de productos hurtados, un auténtico almacén clandestino muy difícil de detectar.

"Vienen con cazadoras con doble fondo, las abren y colocan ahí el producto. Hemos tenido alguna incidencia, han llegado a robar 12 botellas de alcohol en la cazadora. Lo que más daño tiene para nosotros son las bandas organizadas, personas que viven de eso y hacen rutas. Tenemos varios supermercados y detectamos a estas mismas personas", explica el responsable de una tienda.

Una instalación de cámaras de seguridad puede costar en torno a 6.000 euros, pero la medida de seguridad más importante del supermercado es el propio personal. "Tenemos una palabra clave y cuando vemos a alguien sospechoso entrar, a alguien que nos mosquea, la decimos y nos distribuimos todos por la tienda", explica una dependienta.

Es una de las formas de reducir los 600 millones de euros que cada año cuestan los hurtos a los supermercados y otra forma es blindarse contra los robos.

"Desde 2011 alarmamos el jamón serrano porque nos atacan por donde no hay cámaras de seguridad", afirma Raquel Aguilera, directora de marketing de supermercados. Además del jamón, también se alarman otros embutidos, conservas, alcohol...

Cada alarma adhesiva cuesta alrededor de tres céntimos y hay productos cuyo margen es inferior al precio de la pegatina, por eso no se protegen.

Cremas, pilas, ambientadores y hasta desodorantes... también se encuentran, en muchas ocasiones, bajo llave.

"Era impensable hace unos años que fuéramos a un supermercado y viéramos una caja de mejillones en una caja de metacrilato, ¿acabaremos teniendo latas de metacrilato para las botellas de agua?", afirma Juan Morales, sociólogo.

El sector de las alarmas factura 800 millones de euros al año. "Cada vez más los supermercados protegen sus productos. Hemos pasado de un 20% de productos protegidos a más de un 50%. El hecho de que haya hurtos que provoquen pérdidas hace que todos lo paguemos, la tienda intentará subir los precios, el coste es de 200 euros por familia, unos 80 euros por persona", subraya Iván Baquero, director de marketing de una empresa de seguridad.

Por otro lado, Equipo de Investigación graba la prueba definitiva del robo a la carta de productos delicatessen. Puedes ver el momento en el vídeo que se incluye a continuación.

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2013 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.