Además de los detectores de radares, existen otros aparatos para eludir las restricciones de velocidad: es el caso de los inhibidores, que emiten ondas para que los radares no puedan medir lo rápido que van. Su uso constituye una infracción muy grave, penalizada con la pérdida de seis puntos y una multa de 6.000 euros. También está prohibido instalarlos, con multas para los talleres de hasta 20.000 euros.

Aunque en Internet hay varias páginas extranjeras que los venden, en España su venta e instalación está totalmente prohibida y solo se consiguen en el mercado clandestino: Equipo de Investigación contacta con un vendedor, que señala que los dispositivos que suministra son de segunda mano porque "es prácticamente imposible conseguirlos" nuevos en nuestro país.

El hombre muestra ante las cámaras los dispositivos y explica que proceden de "coches de gamas muy altas" cuyos propietarios han cambiado sus equipos por tecnología más moderna: "Cuando los venden, ellos me dicen si se lo puedo vender para amortizar el equipo", señala.

Preguntado acerca de por qué alguien puede querer un inhibidor de radar, el vendedor responde alude a quien "tiene un Porsche, un Ferrari, un Maserati" u otro "coche de gama alta": "Son coches que llegan a 250, 300 kilómetros por hora y no puedes correr a esas velocidades". Por uno de estos inhibidores cobra 1.500 euros, a los que se suman entre 500 y 600 de instalación, tal y como cuenta en el vídeo.