David es un ingeniero que cada día dedica sus horas libres a velar por la seguridad de los felinos. Junto con otros voluntarios, dedica su tiempo a capturar gatos para posteriormente esterilizarlos.

"El propósito es controlar la población de la colonia felina porque una sola gata en el periodo de 6 u 8 meses nos puede dar entre 15 y 20 gatos", explica David.

Según cuenta, Manuel, voluntario, una colonia "es un lugar donde concurren un grupo de gatos y donde una persona los alimenta y procura mirar un poco por su salud". Él está reconocido a nivel oficial como cuidador y responsable. Según explica, el dueño de los animales "es el Ayuntamiento, porque son gatos que viven en sus calles y debería ser quien los atienda".

"Todo esto conlleva muchas cosas [...] a mí me ha coartado la vida porque yo no puedo viajar con mi mujer porque aquí hay que atender a los gatos", añade.

El responsable de la colonia invierte más de 3.000 euros al año de su bolsillo en alimentar y cuidar a los animales.