Los estafadores hacen creer a Ángeles, una de las víctimas del triple crimen de Morata de Tajuña, que cobrará la herencia de su novio fallecido, pero, de nuevo, les piden más dinero. Cuando medio pueblo se cambia de acera al verlas venir, aparece en su vida un personaje, que cambiará el rumbo de esta historia.

Las hermanas no paraban de enviar dinero a sus falsos novios. Pero lo tienen que hacer desde otra localidad, cerca del pueblo donde viven, porque en las oficinas de Correos ya no se lo permiten, por lo que recurren a un locutorio regentado por un ciudadano pakistaní, Dilaware.

Es en este momento cuando entra en escena el acusado del asesinato de las hermanas, que acudían muy a menudo a su locutorio a enviar dinero. Un locutorio que no va muy bien. Él ve que esas dos personas van siempre con muchísimo dinero en efectivo para enviar.

David López Frías, periodista de 'El periódico de España', nos cuenta que las hermanas necesitaban más dinero, por lo que optaron por pedírselo a Dilaware, que les entregó 30.000 € con la promesa de que va a acabar recibiendo 60.000.

"Dilaware no dispone de estos 30.000 €, lo que hace es pedir dinero a la comunidad pakistaní. Esto es una práctica relativamente habitual, pero se prestan dinero con unos intereses muy altos", nos explica el periodista.