Cuando muere el empresario Ernesto Koplowitz, en España, deja a sus cuatro hijos legítimos huérfanos y todo un legado empresarial. Un legado sobre el que ya en 1946 había artículos que hablaban del éxito empresarial de Koplowitz. El artículo 'Las nuevas bocas de riego. Declaraciones del señor Koplowitz' es el primero que encontramos en prensa de Ernesto en España.

Es del 30 de diciembre del 46 y ya le define como el contratista de las obras de tuberías y bocas de riego en Madrid. Nació en la heroica y mártir nación polaca pero hace años que vino a España, a un país al que ama, según dice, como su segunda patria.

Él se encargó de la red de aguas del cementerio de la Almudena, el principal cementerio de Madrid, pero también de la Plaza de Toros y del Museo del Prado. El joven polaco judío, dedicado a las obras municipales, comienza a aparecer en más artículos de prensa de la época.

En otro artículo titulado 'Habrá posiblemente agua abundante para toda la población' publicado en el Diario de Burgos el 15 de junio de 1956, también aparece Ernesto Koplowitz. En el texto señalan que entre los asistentes está el consejero delegado de Construcciones y Contratas Ernesto Koplowitz. El apellido Koplowitz acapara, desde entonces, el interés de los periodistas.