A tan solo 15 kilómetros de Badajoz, un pueblo portugués de apenas 9.000 habitantes es conocido como la capital europea del café, la cuna del café torrefacto. Allí, conseguimos hablar con Francisco Castanho, un pequeño productor de torrefacto, quien accede a mostrarnos qué lo diferencia del natural. Así, nos muestra el lugar donde se realiza el primer tueste del café, que tiene una duración de "22 minutos".

A continuación, llega el segundo proceso, que transforma el café natural en torrefacto. Esto se consigue añadiendo azúcar y "algo más". En concreto, se añade melaza de algarroba y se añaden 50 minutos más de tostado. En España, está prohibido fabricar café torrefacto con melaza, pero se permite que se importe y consuma.