Para su estancia en Viena, el equipo de Enviado Especial contrata un piso turístico. Jalis de la Serna quiere averiguar si este uso de la vivienda ha subido los precios en la gran capital de la música.

Los que disponen de licencia tienen que contar con el consenso de todos los vecinos del inmueble, según le cuenta Sandra Radu, médica y casera del piso turístico en el que se aloja y que ha encontrado gracias a la plataforma Airbnb.

En el edificio, que es propiedad de Radu, hay cuatro apartamentos que alquila como pisos turísticos y seis que alquila de forma habitual. La casera le explica a Jalis que desde que existen plataformas como Airbnb, la renta de los alquileres tradicionales han subido pero no demasiado. "Está controlado por el Gobierno", comenta.

Sandra cuenta en Enviado Especial que si una persona se queda en su piso menos de 30 días, ella tiene el deber de registrarlo y pagar un 2,6% de tasas turísticas. "Están tratando de controlarlo bastante", asegura.

Viena ha limitado el uso de los pisos turísticos por zonas de residencia. Los puntos rojos corresponden a fincas que tienen prohibido este tipo de alquiler.