El pueblo de Immerath, en el oeste de Alemania, fue destruido para permitir la expansión de una de las tres minas de carbón de la zona. Sus 2.500 habitantes fueron trasladados a un pueblo nuevo. "Tuvieron que mover incluso los cuerpos del cementerio".

Esto da lugar a una imagen paradójica de los molinos de energía eólica y en segundo plano la mina de carbón que refleja la situación en Alemania. Otra de las minas es visitada por los turistas, para sorpresa del reportero de Enviado Especial. "No hay nada que admirar", explica Miguel Albalat, estudiante ingeniería medioambiental.

"Históricamente Alemania ha dependido del carbón siempre, por eso le está costando dejarlo y hacer la transición 100% a energías renovables. Supone el 35% de la energía total producida en todo el país", cuenta Albalat.

A Jalis de la Serna le sorprende la dependencia del carbón de un país tan desarrollado como Alemania y la explicación está en la generación de empleo: "Está generando muchísimo empleo, estamos hablando de unos 32.000 puestos de trabajo".

"El 60% de extracción de lignito a nivel europeo proviene de toda esta zona. Alemania es el país que más lignito extrae a nivel mundial". La imagen de otra de las minas a cielo abierto es impactante: "Abarca 85 kilómetros cuadrados (dos veces la ciudad de Bilbao) en el sitio donde anteriormente había un bosque de 12.000 años de antigüedad".

Otros momentos destacados

Tras conocer en Bolivia la mayor reserva de litio, Jalis de la Serna viaja a Alemania para conocer algunas de las aplicaciones de este importante metal. La ciudad de Friburgo es un ejemplo para el resto del país: desde 1990 han reducido en un 40% las emisiones de CO2.

También en Alemania, el reportero de Enviado Especial visita un vecindario que genera su propia energía y no depende de las grandes compañías eléctricas. Uno de los inquilinos asegura que la factura de la luz es más baja.

Otro ejemplo de vivienda sostenible es el famoso Heliotropo, un edificio que genera más energía de la que consume, energía que obtiene del sol gracias a un panel gigante que se mueve como un girasol para aprovechar al máximo la luz.

En todos estos casos las baterías de litio tienen gran importancia para almacenar la energía de más que producen, en Berlín existe también un campus que gracias -entre otras cosas- a las baterías de litio de sus autobuses y vehículos eléctricos ha logrado el objetivo de las cero emisiones propuesto par 2050.

Sin embargo Alemania tiene un escollo para lograr una transición energética al 100% y se trata de su dependencia de la energía del carbón que aún supone "el 35% de la energía total producida en todo el país".