Jalis de la Serna llega a Friburgo, en el sur de Alemania, y allí se encuentra con el subdirector de la agencia de protección ambiental Harald Schaich que muestra orgulloso el nuevo edificio del ayuntamiento: "Está cubierto de placas solares".

Con una arquitectura vanguardista permite la entrada de luz natural y de este modo se ahorra mucha energía, que no se pierde gracias al buen aislamiento. "El edificio es autosuficiente, es el único edificio administrativo de la categoría 'Plus Energy' en el mundo: esto significa que produce más energía de la que gasta la gente que trabaja en él", cuenta Schaich.

Paseando por la ciudad el subdirector de protección ambiental explica que "el movimiento medioambiental comenzó en Friburgo, en 1972 ya cerró al tráfico la calle más céntrica de la ciudad". Fue la primera calle peatonal de Alemania y pese a las quejas en su momento "ahora es la calle con los alquileres más altos, no tiene contaminación acústica ni aire contaminado".

Con una reducción del 40% de las emisiones de CO2 desde los años 90, Friburgo es un ejemplo a seguir en Alemania, que quiere alcanzar las cero emisiones en 2050 como marca el acuerdo de París.

A 4 kilómetros del centro, Jalis de la Serna se adentra en el barrio de Bauvan reconvertido en los años 90 y diseñado de manera que los coches quedaron fuera del perímetro. Se construyó en unos antiguos cuarteles militares y el 80% de sus habitantes se mueve a pie, circula en bici, o en transporte público. La mayoría lo hace en tranvía.

Otros momentos destacados

También en Alemania, el reportero de Enviado Especial visita un vecindario que genera su propia energía y no depende de las grandes compañías eléctricas. Uno de los inquilinos asegura que la factura de la luz es más baja.

Otro ejemplo de vivienda sostenible es el famoso Heliotropo, un edificio que genera más energía de la que consume, energía que obtiene del sol gracias a un panel gigante que se mueve como un girasol para aprovechar al máximo la luz.

En todos estos casos las baterías de litio tienen gran importancia para almacenar la energía de más que producen, en Berlín existe también un campus que gracias -entre otras cosas- a las baterías de litio de sus autobuses y vehículos eléctricos ha logrado el objetivo de las cero emisiones propuesto par 2050.

Sin embargo Alemania tiene un escollo para lograr una transición energética al 100% y se trata de su dependencia de la energía del carbón que aún supone "el 35% de la energía total producida en todo el país".