Jalis de la Serna es testigo en Enviado Especial de los daños sociales y ambientales que hay detrás de la actual forma de producir los alimentos. La carne, la leche o los huevos son habituales en el carro de la compra, pero hay un producto que metemos sin darnos cuenta: la soja.
El programa empieza su viaje en la zona del Gran Chaco en Argentina, a 1.700 kilómetros de Buenos Aires, para conocer una finca productora de gran parte de la carne que se vende en la Unión Europea y España. De la mano de Martín Macera, gerente de la finca Desdelsur, Jalis de la Serna recorre las 56.000 hectáreas de terreno, aproximadamente la extensión de Ibiza que abarca esta explotación ganadera situada en el extremo norte de Argentina. Así conoce cómo funcionan los feedlots, corrales de engorde de vacas pollos y cerdos.
El reportero de Enviado Especial habla con los campesinos afectados por la plantación indiscriminada de soja que ha cercado a los vecinos hasta la desaparición de un pueblo. Deolinda Carrizo, del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, muestra a Jalis de la Serna lo que queda de un pueblo de campesinos: apenas cuatro árboles y un cementerio en medio de la nada por culpa de las plantaciones de un empresario español.
Para comprobarlos daños que el monocultivo de soja causa en uno de los pulmones del planeta, el programa sobrevuela con el antropólogo John Palmer parte de los 100 millones de hectáreas que conforman el Gran Chaco y ve cómo la soja "se está comiendo el bosque".
Para conocer los casos de las familias que sufren el acoso de los empresarios sojeros para hacerse con sus tierras, Jalis de la Serna vuelve a verse con Deolinda Carrizo, del Movimiento Campesino de Santiago del Estero. No sólo eso, los daños sociales de la producción indiscriminada de soja también abarca un aumento de abortos, malformaciones y cáncer.
El mayor productor de soja en Argentina accede a tener una entrevista con Jalis de la Serna. Le conocen como el príncipe de la soja, le gusta la polémica y no tiene pelos en la lengua. "Parece que viene de Greenpeace, lo van a correr acá", le dice al periodista.
Tras su entrevista, Enviado Especial sigue investigando la cadena de producción de la soja y se da cuenta de la embergadura de una industria de la que apenas somos conscientes porque no conocemos la cantidad de productos que consumimos y en los que se usa la soja. Para ello, Jalis de la Sernavisita una planta de procesamiento de soja con capacidad para recibir 30.000 toneladas diarias.
Para comprobar las diferencias del suelo y los daños que producen estos cultivos indiscriminados, el reportero de Enviado Especial acompaña a la ingeniera agrónoma Alín M. Bronstein a un campo de monocultivo de soja y a una zona de bosque.
Tras conocer las consecuencias de la industria sojera en el Medio Ambiente, Enviado Especial decide hablar con la máxima autoridad en Argentina en la materia, el ahora exministro Sergio Bergman que cree que la sostenibilidad es "un acto de voluntad".