Juan Vicente era carnicero en España desde los 16 años. Tenía cuatro carnicerías, vendió todo, se separó de la mujer y “a raíz de ahí vinieron todos los problemas”, asegura.  Está condenado por tráfico de drogas pero él no llevaba nada. “Éramos tres y al ser español me declararon jefe de la pandilla”, explica.

La droga la llevaba en la maleta el hermano de su compañera, le hicieron el control y al encontrar la mercancía les condenaron a los tres como banda. Está condenado por mula cuatro años y seis meses en la cárcel brasileña de Foz de Iguazú.

Juan está enfermo del corazón y le han operado estando detenido. “He tenido hasta 22 de tensión alta. Para tener un infarto en cualquier momento”. Cuenta que si le pasara algo ahí dentro, tardarían una hora en sacarle. “Ahí estás muerto ya. Ahí no te escapas”. “Con la enfermedad que tengo hay días que pienso veremos a ver si mañana me despierto”. Se toma 20 pastillas cada día.