Durante mucho tiempo hemos escuchado a los partidos políticos hablar de la Ley Electoral  y de su reforma. Los partidos pequeños se han quejado siempre de que esta ley les perjudica y, en medio de este debate, aparece Alfonso Guerra para realizar la siguiente declaración: ¿Quién ha dicho que esto es un régimen bipartidista? Eso es falso. Hay dos partidos que hicieron una gran campaña porque la Ley Electoral les perjudicaba, porque 800.000 votos habían ido a la papelera y no habían conseguido diputados. El PSOE en la misma elección había conseguido 2.200.000 votos que no le habían servido para traer diputados, y el PP, por cierto, 2 millones de votos. Hay que conocer los datos".

'El Objetivo de Ana Pastor’ recibe a Pablo Oñate, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, que explica en qué consiste la fórmula D'Hont. “Se trata de un procedimiento matemático para repartir los escaños en función de los votos que se han obtenido. Es literalmente una fórmula matemática”.

Ana Pastor recuerda que esta fórmula, adoptada en un decreto de 1977, comenzó a utilizarse cuando no existían las comunidades autónomas, por lo tanto pesaban más las provincias.

"Los pequeños partidos quedan excluidos porque no tienen votos suficientes"

En este punto, la periodista y el catedrático analizan dos casos concretos de representación. En las elecciones generales del 2011 había 36 escaños a repartir en la provincia de Madrid. El reparto en cuanto votos se divide en PP, PSOE, UPyD e Izquierda Unida. El traslado en escaños es más o menos el mismo. "Es un distrito muy grande y hay mucha proporcionalidad, por lo tanto la equidad es casi perfecta", explica Oñate.

En el caso de Burgos, con una población mucho menor, los votos a Izquierda Unida y UPyD no se ven reflejados en escaños en el Congreso. "Aquí los pequeños partidos quedan excluidos porque no alcanzan a tener el número de votos para el reparto".

Analizados dos ejemplos reales, Oñate hace una simulación de cómo sería si cada voto de cada ciudadano pesara lo mismo independientemente de su lugar de procedencia. "Si repartimos los 350 escaños del Congreso en todo el territorio nacional sin divisiones de circunscripciones, varía mucho el reparto", explica el catedrático. El Partido Popular perdería 22 escaños y el PSOE perdería 5. Por su parte, Izquierda Unida subiría 14 escaños y UPyD un total de 12. "Estos son los grandes perjudicados con el sistema actual. PP y PSOE son los grandes beneficiados sistemáticamente con el sistema actual. UPyD e IU resultan sistemáticamente penalizados", asegura Oñate.