Aprovechando las fiestas navideñas, el barón socialista Emiliano Garcia-Page se dirigía en el tradicional discurso a todos los castellano-manchegos reivindicando su pertenencia a España, la “cultura más pujante y potente del mundo”. En la exaltación de este sentimiento patriótico, afirmaba lo siguiente: “No podemos dudar de lo que somos. Ni quiénes somos. Somos parte de la nación más antigua de Europa”.
En “El Objetivo” nos sorprendió que usara este argumento pues, hasta la fecha, lo había empleado, casi exclusivamente, el líder del principal partido opositor, Mariano Rajoy. Parece que, a pesar de que lo hayamos desmentido en nuestro programa, esta idea ha encontrado un nuevo seguidor.
La clave estaba en la diferencia entre "nación" y "estado", conceptos próximos pero no idénticos que sirven para referirse a la realidad jurídico-política y socio-ideológica de un determinado país. La idea de nación no surge hasta finales del siglo XVIII, con lo que casa muy mal con el planteamiento centenario que hace García-Page (situándolo, como Mariano Rajoy, en el siglo XV con los Reyes Católicos). Los expertos consultados en su momento fueron José Álvarez Junco (catedrático emérito de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Políticos y Sociales en la Universidad Complutense de Madrid) y Juan Pablo Fusi (miembro de la Real Academia de la Historia), que coincidieron en que dicho postulado era incorrecto, pues para cuando España consiguió la unidad territorial y surge algo parecido al “estado”, en Europa ya existían otros como el francés o el inglés.
Por tanto, podemos decir que esta afirmación era falsa cuando la hicimos por primera vez, y lo sigue siendo ahora.