Íñigo Errejón y José Manuel García-Margallo han mantenido un intenso debate en El Objetivo sobre el significado del populismo y su aplicación de cara a la construcción de sistemas que protejan a la ciudadanía y sus derechos fundamentales. Un debate en el que ambos han expuesto las grandes discrepancias sobre cuál es el modelo correcto para defender los intereses del pueblo.

"Lo que amenaza la existencia de los ciudadanos no es la polarización, es que la vida está desprovista de protección, se ha vuelto muy amenazante", ha señalado en el programa el diputado de Más Madrid, argumentando que esta situación se debe a que "las instituciones que nos protegían han sido pulverizadas para que el mercado sea cada vez más libre y la gente cada vez menos". Una afirmación con la que no estaba de acuerdo García-Margallo.

El exministro de Asuntos Exteriores ha defendido la democracia liberal, recordando que "nace en la Segunda Guerra Mundial por oposición al fascismo y al nazismo, y al comunismo de Stalin". Para él, eso "nos separa y nos identifica en los siguientes términos positivos: libertades y derechos, separación de poderes, primacía de la ley, economía de mercado y respeto a las instituciones internacionales". En este sentido, Margallo ha afeado a Errejón que diga "que las instituciones internacionales son una oligarquía de los mercados y que eso no tiene control democrático".

Y a ello ha respondido nuevamente el diputado de Más Madrid afirmando, en primer lugar, que a las derechas "el término 'liberal' se les queda grande" porque "los primeros liberales eran plenamente conscientes de que la gente, para ser libre, no puede tener vidas en las que tenga miedo al día a día y a lo que venga mañana". Y ha añadido: "Uno no es libre si se tiene que vender por 400 euros. La pobreza elimina la libertad".

Para concluir este debate, Errejón ha recordado que hay tres derechos fundamentales: "Los individuales y civiles, los derechos políticos de participación y soberanía popular y los derechos sociales". Y ha insistido en que "si la gente tiene miedo al día a día no son ciudadanos": "Lo que ha roto la convivencia en nuestros países no es la polarización entre políticos, sino que la gente vive vidas llenas de miedo".