¿Qué pasa con la energía solar cuando no pega el Sol? En realidad, las placas y estos sistemas pueden seguir captando energía, aunque parece que no esté luciendo (hay baterías). En algunos sistemas puede uno seguir conectado a la corriente convencional cuando hay mucho tiempo sin sol.

Desde que la Tierra es Tierra, el sol es su motor, pero también sería su asesino, porque es tanta la energía que nos llega de él que, si no tuviéramos magnetosfera y atmósfera, estaría todo arrasado. De hecho, si el planeta estuviera cubierto de placas solares, generarían tanta electricidad como para alimentar a 10.000 tierras.

Aquí, en nuestro planeta, tenemos dos opciones: o llenamos el campo de grandes superficies de placas solares, allí donde pega bien el sol, y nos traemos luego esa energía a donde vive la gente, o lo que llenamos de placas solares son las azoteas. En 2015, el ministro Soria impulsó el 'peaje de respaldo'; el llamado y desaparecido 'impuesto al sol': que aquellas personas que seguían conectadas a la corriente convencional por si acaso pagasen una cuota.

En ese momento, dejaba de compensar el paso a la energía solar. De hecho, se solía decir que era como poner un impuesto a las cafeteras domésticas por si algún día nos tomábamos un café fuera de casa. Es cierto que aquello no es que se aplicase a instalaciones pequeñas o de una sola familia, sino un poco más grandes: de unas 20 o 30 placas.

El problema es que en España, la mayoría de la gente vive en edificios y comunidades de vecinos. En 2018, el nuevo gobierno eliminó esta normativa tratando de favorecer las instalaciones colectivas. No obstante, España no es precisamente una potencia mundial en cuanto a generación fotovoltaica: nos llevan la delantera los japoneses, los israelíes, los australianos y los alemanes, pese a que tienen menos horas de sol que nosotros.