Londres no es solo un destino turístico, también es un destino laboral. Marc Campdelacreu se ha desplazado a la capital inglesa para conocer el día a día de varios jóvenes que han tenido que emigrar de España en busca de una oportunidad laboral.

La primera joven en recibir a Marc se llama Raquel. Esta ingeniera agrónoma de 35 años abre las puertas de su casa al periodista de ‘El Objetivo’ para explicarle su situación. "Antes vivía en una casa en la que estábamos doce personas, todos españoles, y las habitaciones eran compartidas", explica Raquel.

A pesar de tener una FP, una carrera universitaria y un máster, Raquel ha terminado trabajando en un restaurante. "En el Pret A Manger conseguí mi primer trabajo y estuve casi un año trabajando ahí".

Esta ingeniera no es la única licenciada en esta situación. De hecho cuenta que sus compañeros de piso estaban todos en condiciones similares. “Cuando vivía con los otros 11 españoles estaban todos igual. Había arquitectos, ingenieros químicos, etc. Ahora están muchos en restaurantes de comida rápida que todos conocemos y algunos en tiendas de ropa. Todos sentimos la sensación de ¿y todo esto para qué? Estás lejos de tus amigos y tu familia y acabas haciendo cualquier cosa y encima eso, estás solo”

La segunda española en recibir a Marc se llama Delia Salido y es periodista. Tiene 26 años. Esta joven se levanta a las 5 de la mañana para entrar a trabajar a las 6 en un restaurante de comida rápida. "Decidí irme de España porque no había opciones. Después de terminar unas pequeñas prácticas que estuve haciendo lo único que te ofrecían eran prácticas sin ninguna opción a continuar, mal pagadas si es que estaban pagadas, y eso si te llamaban", explica Delia.

Esta periodista asegura que no se ve volviendo a España a corto plazo. "Tengo a mi familia, tengo a mis amigos pero qué tengo. No puedo meterme en mi casa con 26 años y quedarme sentada de brazos cruzados. De mamá, de papá y qué. ¿Cómo continúo mi vida?”

Aitor Ardanza está licenciado en Administración y Dirección de Empresas y  ha mandado muchos currículums en España pero la realidad le ha obligado a emigrar. “Yo en un principio busqué tanto en España y ves que allí necesitan un perfil alto pero las condiciones no son las mismas”.

El economista Sergio Cano cuenta que su mejor amiga tiene una carrera y un máster, ahora está en Bruselas estudiando otro máster, y ella tenía prácticas aunque era licenciada, no tenía un contrato permanente y no le convenía estar en España.