‘El Españolisto’ es de los que piensan que las personas tienen que estar siempre por encima de las fronteras. Si cree que la inmigración irregular es un problema para España, imagine lo que debe ser  para los inmigrantes. Mientras que no exista una solución definitiva, a los sin papeles habrá que tratarlos de una forma correcta y, si no correcta, al menos legal.

Sucede que personas de un país tercero intentan entrar en España a través de, por ejemplo, Marruecos, y lo hacen utilizando puntos no habilitados para el tránsito: no cruzando los puestos fronterizos, sino saltando las vallas o nadando hasta las costas de Ceuta y Melilla, que son ‘territorio picoleto’.

No es algo legal, pero como esto no es el oeste, y tanto ellos como nosotros somos racionales, existen leyes que regulan qué hacer con estos inmigrantes. Leyes españolas, europeas y un acuerdo ad hoc que dice que la Guardia Civil está obligada a identificar a los sin papeles antes de devolverlos a Marruecos, quien debe acreditar la devolución.

Eso en el peor de los casos. Aplicando la Ley de Extranjería, habría que darles asistencia jurídica, proporcionarles un traductor y la posibilidad de solicitar asilo político. Y después, tramitar su devolución.

Pero eso debe ser mucho papeleo para las autoridades españolas, que prefieren hacer con los inmigrantes  lo mismo que con los calcetines que les traen los reyes: devolverlos cuanto antes. Sin ticket regalo, sin que quede constancia. Es lo que llaman ‘devoluciones en caliente’.

La Benemérita devuelve a los inmigrantes por la puerta de servicio nada más llegar. Algo que es una práctica muy habitual, fruto de un acuerdo tácito entre la Guardia Civil y Marruecos,  pero que no por ello deja de ser ilegal. En resumen, esto es como un mal chiste que tiene final trágico. Los que deberían hacer cumplir la ley son los primeros  que se la saltan.