Lo que hoy conocemos como España, en el siglo XV estaba dividido en cuatro reinos: Castilla, Aragón, Navarra y Granada.

España era como el tablero de parchís, y Fernando e Isabel jugaban en pareja. Ambos unieron sus coronas, le comieron todas sus fichas a Boabdil el chico, que tuvo que rendir Granada en 1492, y Fernando conquistó el Reino de Navarra y lo incorporó a la corona castellana en 1512.

A simple vista, parece que desde esa fecha vivimos todos unidos y dichosos pero, en realidad, cada reino conservó sus costumbres, leyes, instituciones, monedas...

Los Reyes Católicos se casaron, pero no hicieron bienes gananciales. Habrá que esperar hasta Felipe V de Borbón, en el siglo XVIII, para unificar los usos y costumbres de todos los reinos de España en uno.