A pesar de tomarse las cosas con demasiada calma, Diego, el panadero del obrador de Forno de Lugo al que hoy acompaña el jefe infiltrado (bajo su falsa identidad de Rober, un camionero retirado que participa en un concurso), demuestra una gran maestría en la tarea de romper los huevos, algo que se encarga de remarcar de manera chistosa Rober.
Ahora llega su turno y resulta ser todo un desastre. El empleado demuestra gran paciencia con su ayudante, perouna cosa es la paciencia y otra, el pasotismo. Rober ha metido la mano para sacar las cáscaras de huevo que se han caído en la mezcla, algo que va en contra de las normas de higiene y Diego no ha dicho ni una palabra al respecto ni ha tomado ninguna medida.
Más Noticias
- Wyoming, sobre la compra de Naturgy por una energética emiratí: "Se están quedando con lo mejor, primero el emérito y ahora esto"
- Hoy, en Equipo de investigación, Glòria Serra profundiza en 'la estafa de los ninis'
- Dani Mateo 'desvela' cómo han evitado que localicen a Koldo García: "Marlaska ha arrancado las páginas de la K en todos los listines"
- Dani Mateo 'desafía' a Otxandiano al 'Un, dos, tres': "Por 25 céntimos, formas de definir a ETA en lugar de 'banda terrorista'"
- Una mujer describe a Thais Villas el perfil del votante del PP: "Pijas, más especiales. Los sé reconocer"
"Se nota que está torpe porque nunca hizo esto, pero tampoco está mal para venir de otro mundo totalmente diferente a la pastelería", dice inocentemente ante las cámaras de El jefe infiltrado. Tampoco parece lo suyo dar forma a los brioches, a pesar de que se lo toman con mucha tranquilidad.
El impresionante cambio de look del jefe de Forno de Lugo para infiltrarse en su empresa: "Mi abuela me deshereda"
Una vez tomada la difícil decisión de infiltrarse, llega el momento de construir el personaje con el que Héctor Pérez, dueño y gerente de Forno de Lugo, tratará de pasar desapercibido entre sus empleados. Esta es su sorprendente transformación.