En el cuarto día, el jefe infiltrado acude a L'Antiga valenciana del Grau, el local más antiguo y representativo de la empresa. Al ser el primer local abierto de la empresa, los dueños no admiten fallos. Allí el jefe conoce a Flor, la dependienta.
Nada más empezar el jefe ya ve varios fallos. Por ejemplo, debe cambiar un helado de fresa por estar derretido. "Tenemos algunos problemas de temperatura con las neveras y se nos derriten algunos helados", explica Flor, que enseña a el jefe las cintas que ha puesto en el expositor de helados para intentar que el frío no salga. "El expositor de helados lamentable", afirma el jefe a cámara, a la que explica que no se pueden tener fallos conservando la cadena de frío de los helados.
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Por otro lado, el jefe pregunta a Flor por cómo se hacen los helados. Sin embargo, a la joven no le salen demasiado bien. "Pone el helado como si fuera un albañil", afirma alucinado el jefe, al que se le da mejor hacer las bolas de helado que a su trabajadora. "Te ha salido mejor que a mí", destaca entre risas Flor a el jefe, al que no le hace ninguna gracia la ineptitud de su empleada.
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Una empleada planta cara a su jefe (no) infiltrado el día de revelaciones: "Mi tarta estaba bien hecha y la tuya, no"
El jefe de L'Antiga Valenciana se desprendía por fin de la falsa identidad que usó durante la infiltración en la empresa y desveló quien era realmente a sus empleados. A alguno de ellos no le sentó demasiado bien el engaño.