Bea, una de las camareras de La Mordida, trató de manera muy desagradable a su jefe sin saber su verdadera identidad.
Por este motivo el dueño la ha llamado al despacho: Bea descubre de quién se trata y su cara es todo un poema.
Julio está tan enfadado que llega a romper en su cara el contrato laboral que les une. En el vídeo puedes ver cómo acaba el conflicto.
Otro momento destacado
Una empleada de una submarca de restaurantes de La Mordida ha tenido un problema grave con unas clientas delante del jefe, del que desconoce su verdadera identidad. La dependienta acusa veladamente de haber robado unas cervezas a las clientas y las trata de manera hostil. Finalmente se demuestra que las clientas habían pagado la ronda y el jefe infiltrado se muestra molesto por la escena.
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Las lágrimas de Rocío cuando el jefe infiltrado le da 4.000 euros para compensar la pensión de viuedad que no puede cobrar
Rocío se emociona en este vídeo con el regalo de El jefe infiltrado y es que la sorprenda al darle 4.000 euros para compensar la pensión de viudedad que no puede cobrar después de que su pareja falleciera.