Bea, una de las camareras de La Mordida, trató de manera muy desagradable a su jefe sin saber su verdadera identidad.
Por este motivo el dueño la ha llamado al despacho: Bea descubre de quién se trata y su cara es todo un poema.
Julio está tan enfadado que llega a romper en su cara el contrato laboral que les une. En el vídeo puedes ver cómo acaba el conflicto.
Otro momento destacado
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Una empleada de una submarca de restaurantes de La Mordida ha tenido un problema grave con unas clientas delante del jefe, del que desconoce su verdadera identidad. La dependienta acusa veladamente de haber robado unas cervezas a las clientas y las trata de manera hostil. Finalmente se demuestra que las clientas habían pagado la ronda y el jefe infiltrado se muestra molesto por la escena.
Hemeroteca
Una empleada planta cara a su jefe (no) infiltrado el día de revelaciones: "Mi tarta estaba bien hecha y la tuya, no"
El jefe de L'Antiga Valenciana se desprendía por fin de la falsa identidad que usó durante la infiltración en la empresa y desveló quien era realmente a sus empleados. A alguno de ellos no le sentó demasiado bien el engaño.