Una empleada de una submarca de restaurantes de La Mordida ha tenido un problema grave con unas clientas delante del jefe, del que desconoce su verdadera identidad.

La dependienta acusa veladamente de haber robado unas cervezas a las clientas y las trata de manera hostil.

Finalmente se demuestra que las clientas habían pagado la ronda y el jefe infiltrado se muestra molesto por la escena.

Otro momento destacado

Bea, una de las camareras de La Mordida, trató de manera muy desagradable a su jefe sin saber su verdadera identidad. Julio está tan enfadado que llega a romper en su cara el contrato laboral que les une. En el vídeo puedes ver cómo acaba el conflicto.