En su segundo día, 'El jefe infiltrado' se infiltra en el cocedero de gambas. Este sitios es una pieza clave de la empresa porque un error puede echar por tierra el producto. En el cocedero conoce a Rocío, cuyo método sorprende a 'el jefe'. La empleada calcula el tiempo "a ojo", algo que no termina de convencer a 'el jefe infiltrado'.

Una vez descongeladas toca cocer las gambas, de nuevo, los minutos justos para que no acaben en la basura. Rocío explica a su compañero cuánto tiempo tiene que poner el temporizador: "Cuatro minutos y un palito". Un proceso que debe ser exacto y que la teoría de Rocío sigue sin convencerle: "¿Lo del palito será broma no?".

"Esta mujer se está quedando conmigo", alucina 'el jefe' al ver el 'método Rocío'. Sin embargo, la empleada demuestra a 'el jefe' que su experiencia es un grado y con su método salva la producción del día.